¡Oh, qué bonito es el Día de los Enamorados! Un día que tiene a Cupido atareado entre las cenas a la luz de las velas, las docenas de rosas y los besos apasionados...
Pero para algunos, este día tan repleto de amor conjura crueles recuerdos de un sendero sentimental lleno de baches. Para estas almas solitarias, es mejor saltarse el Día de San Valentín que tener que hacer frente a esas reminiscencias agridulces que hacen que los corazones rotos se estremezcan. Si eres de los que prefieren pasar este romántico día en pijama y pantuflas delante del televisor, viendo maratones de El diario de Bridget Jones, Love Actually y Vacaciones, ¡este artículo es para ti!
En lugar de enviar mensajes de texto a tu ex (algo de lo que te arrepentirás con toda seguridad el 15 de febrero), hemos preparado una compilación de canciones de desamor para que pases el Día de San Valentín cantando.
«Love Hurts», versión popularizada por Nazareth
La voz ronca del cantante escocés Dan McCafferty contrasta con aspereza con una guitarra suave llena de romance y tristeza. Aunque este imparable éxito de 1975 siga los estándares de las baladas al dedillo, no invoca bailes ni alegría, ya que el cantante maldice su destino y sus fuertes sentimientos.
«Jar of Hearts», versión popularizada por Christina Perri
En el corazón de esta melancólica balada, guiada por un piano y unas cuerdas afligidas, la cantante hace todo lo que puede para luchar contra el desengaño del pasado que, una vez más, vuelve a rondarle.
«We Are Never Ever Getting Back Together», versión popularizada por Taylor Swift
Este tema, incluido en el exitoso álbum Red (2012) de la estrella del pop Taylor Swift, salió disparado hacia la cima y se convirtió en un superventas instantáneo con más de 7 millones de copias vendidas en todo el mundo. Sorprendentemente, la energía y vitalidad de la canción no se ven comprometidas por los obvios sentimientos de desdén que se esconden en ella.
«Love Stinks», versión popularizada por J. Geils Band
El título ya lo dice todo: «¡El amor apesta!». Esta canción surge del amargo final de un amorío decepcionante y no correspondido. Su robótica batería marca el palpitante ritmo del teclado y acompaña al sonido agudo de la guitarra y a la voz de Peter Wolf, quien añade un tono cómico con el estribillo de la canción.
«Don’t Think Twice, It’s Alright», versión popularizada por Paul And Mary (original de Bob Dylan)
Esta canción, dedicada a una antigua novia, es uno de los clásicos de la época folk de Bob Dylan. Gracias a su habilidosa y poética escritura, Dylan juega con las indirectas a lo largo de todo el tema y hasta el final, en el que concluye: «No digo que me trataras mal / Lo podrías haber hecho mejor pero me da igual / Desperdiciaste mi precioso tiempo / Pero no te preocupes, no pasa nada».
«Everything About You», versión popularizada por Ugly Kid Joe
La canción que puso a Ugly Kid Joe en el candelero a principios de los 90 contrasta con las tendencias de la época, en la que los grupos de heavy metal cantaban sus repertorios de baladas y hacían pensar a los oyentes que escondían un corazoncito bajo todo ese cuero. Sin embargo, este gamberro de Cali permaneció fiel al compás del heavy metal con esta canción de desamor empapada en sentimientos terriblemente amargos.
«Blow Me (One Last Kiss)», versión popularizada por Pink
En esta canción, elegida como single de su álbum The Truth About Love, Pink opta por lanzarse a la carretera más solitaria y, en lugar de idealizar el amor, decide hacer todo lo contrario. El tema habla de una turbulenta relación que llega a su final del mismo modo que la canción: con una larga diatriba llena de ira. Tras la ruptura, jura aprovechar al máximo su nueva libertad, cantando: «Me pondré mis mejores galas, tendré una pinta estupenda y saldré sola a bailar / ¡Reiré, me emborracharé y volveré a casa acompañada!»
«I Hate Myself for Loving You», versión popularizada por Joan Jett
La legendaria cantante de «I Love Rock’n Roll» vuelve a reivindicar su rebeldía con «I Hate Myself for Loving You», una auténtica bomba rockera con un feroz riff de guitarra y la ayuda de Mick Taylor, de The Rolling Stones. La indignación de la cantante se hace más que patente en la lucha interior que se desata entre su feminismo y su sensibilidad.
