La música es universal, el canto no tiene fronteras y el karaoke suscita un fervor similar a lo largo y ancho de todos los continentes. No obstante, la forma de vivirlo difiere de un país a otro.
Empecemos nuestro recorrido alrededor del mundo por el país de los inventores del karaoke: Japón. El karaoke se ha convertido en el pasatiempo favorito de los empleados japoneses, con él ponen fin a sus largas jornadas en la tierra del sol naciente. Al igual que en el resto de Asia, el karaoke se suele practicar en establecimientos cerrados que ofrecen espacios privados, en contraste con la mayoría de países occidentales, donde encontramos máquinas de karaoke en bares públicos, clubs, cafés y restaurantes.
Los japoneses, líderes indiscutibles de la industria del karaoke, apuestan por un nuevo tipo de karaoke. El karaoke orquestal está asentándose con rapidez como nueva forma de entretenimiento. En él, el participante toca su propio instrumento y puede, si así lo desea, cantar y tocar colectivamente con otros cantantes y músicos. Un dato divertido: hay noticias de que el «karaoke orquestal» ya ha gestado algunas bodas.
En Filipinas el karaoke es principalmente una experiencia familiar y un pasatiempo hogareño. Buena parte de la población posee algún tipo de equipamiento que le permite convertir su televisor en una máquina de karaoke (¡como KaraFun pero limitado al televisor!)
Australia, que cuenta con un gran número de filipinos entre su población, también se ha contagiado con el virus del karaoke.
China, tras un largo período de rechazo a esta actividad, se convirtió rápidamente en un participante activo durante los años 90, cuando cientos de miles de bares y salas de karaoke empezaron a crecer como champiñones por todo el país. Hoy en día pueden encontrarse restaurantes de Mahjong y karaoke que ofrecen la posibilidad de entregarse a este clásico juego de mesa y cantar karaoke al mismo tiempo.
Al otro lado del Pacífico, en Norteamérica, es habitual encontrarse a cantantes aficionados cantando karaoke en restaurantes y bares. Allí se reúnen tanto para dar lo mejor de sí con el micrófono como para soltarse la melena de fiesta junto a sus amigos. El karaoke se ha convertido en un fenómeno tan popular que es frecuente toparse con grupos de karaoke instrumental tocando en directo para acompañar a cantantes de karaoke. Incluso en algunas ciudades se considera ya algo típico, como en Portland (Estados Unidos), conocida como «la capital del karaoke» o en Toronto, su vecina del nordeste, donde la escena del karaoke es también muy activa.
Segundo dato divertido: actualmente hay un nuevo fenómeno expandiéndose por los Estados Unidos. El karaoke vuelve cada vez más a sus raíces enfocándose en la población asiático-americana (¡y con un éxito rotundo!).
En el Reino Unido la palabra «karaoke» se integró totalmente en el vocabulario a finales de los 80 y sigue muy arraigado tanto social como geográficamente. Los primeros en adoptar el karaoke fueron Escocia, Gales y extensas áreas de población obrera.
No obstante, el karaoke aún tiene que terminar de cuajar en otras grandes ciudades europeas. En Italia, por ejemplo, aún no se ha popularizado este pasatiempo.
Justo al otro lado de los Alpes, en Francia, el auge del karaoke sufrió un parón en los 90 debido a las disconformidades entre magnates de la música como Pioneer y la Sacem, la sociedad general de autores y editores francesa. Por suerte, su práctica ha vuelto más fuerte que nunca gracias a la popularidad de programas televisivos que lo han introducido de nuevo en los hogares («FaSiLa Chanter» y «La Machine à chanter», por ejemplo).
